Me quedé estático
como las regias montañas,
como el lustroso sol sin meditar
su tiempo para vivir, sin pensar
su talla para cobijarse
del estrago que forjamos tú y yo.
Inmóvil hombre pensante
en su maquillaje y luciente cuerpo
más dinero prendido
en apiñar un cúmulo de riqueza
en muscular de la tierra indefensa,
y aún estático soy, hasta la muerte.
Sucumbe la tristeza,
amanece el día acostado
como las regias montañas,
como el lustroso sol sin meditar
su tiempo para vivir, sin pensar
su talla para cobijarse
del estrago que forjamos tú y yo.
Inmóvil hombre pensante
en su maquillaje y luciente cuerpo
más dinero prendido
en apiñar un cúmulo de riqueza
en muscular de la tierra indefensa,
y aún estático soy, hasta la muerte.
Sucumbe la tristeza,
amanece el día acostado
con el sol brillante,
concibiendo nuevos rayos,
nuevas esperanzas,
concibiendo nuevos rayos,
nuevas esperanzas,
hombre inicia una nueva vida
como el matrimonio
como el matrimonio
como tus nuevas uñas,
como las tiernas cañas.
Me gustaría emanciparme
para leer la naturaleza
y ver la luz del día.
Pero apenas tengo
para leer la naturaleza
y ver la luz del día.
Pero apenas tengo
unas cuantas gotas
de vida en esta habitación.
Cinco de la mañana en Aguacatán
la aurora me vigila,
hago brillante al viejo lodoso
mientras se baña en tinta.
la aurora me vigila,
hago brillante al viejo lodoso
mientras se baña en tinta.
Las ansias irrefrenables de aquel hombre
de ver nítidos sus zapatos maculados,
yo trapeando con mis manos suaves
y sucias; dando caricias con esponja
la suela, los zapatos quedan lucientes
como la brillantez del bello sol…
Momento inolvidable e imborrable,
aquel hombre con ropa elegante,
con zapatos ceñidos sobre mi caja,
y yo un niño sucio, harapiento;
terminando de brillar sus zapatos
y me dijo adiós... Me sentí nostálgico,
yo con apetito de recibir monedas
y el hombre no me deja una moneda,
huye entre el gentío.
Mi caja de madera maculada
de pastas de coloridos y tintas vertidas,
mi único pantalón bañado de líquido
de diversos colores y con olor de alcohol.
Que al atardecer siento mareo
por adquirir unas monedas de estima.
Mi felicitación al que se me asoma
para pulir sus zapatos, porque yo gano así
la sonrisa de recibir unas monedas
para dar el pan de mis hermanitos indefensos
subsistiendo bajo la choza con paja
que el viento intenta desparramar.
Al sabio quiero laurear,
por la excelsa faena
que forja cada día.
Mi felicitación
al sabio en su día,
maestro libertador.
Tu sabiduría en mis
años de vida y para
otra prole ¡Felicidades!
Estuve en la obscuridad
contemplé a alguien
que me llamaba con la mano.
contemplé a alguien
que me llamaba con la mano.
Me aproximé a aquel lugar
y no encontré la mano
que estaba móvil.
Solo me choqué
con una corriente
de viento fragante
como el colibrí zumbador.
Espeluznante me quedé,
mis manos, mis piernas
y mis labios trepidándose.
Observé más cerca
Espeluznante me quedé,
mis manos, mis piernas
y mis labios trepidándose.
Observé más cerca
era una hoja del árbol que se mecía
por la corriente del viento.
por la corriente del viento.
Ayer no era yo así,
hoy no soy yo así,
mañana no seré yo así,
ahorita si soy yo.
Los segundos me llevan al
cambio,
el cambio me lleva al
destino.
La muerte me lleva al baúl
para ensayar la estancia
en el interior de la tierra.
La noche me lleva al día,
el día me lleva a la noche
del incontenible tiempo.
Los zapatos me llevan a la cama,
la cama me lleva al sueño inconcluso.
No de amor,
sino de odio
vive el hombre.
No de amistad,
sino de enemistad
vive el hombre.
No de paz,
sino de violencia
vive el hombre.
No de justicia,
sino de injusticia
vive el hombre.
Hombre inmerso
en un cúmulo
de anti
valores.
Cambia tu actitud
así se cambie
el mundo total.
17 DE FEBRERO 2,011
Una noche inmaculada,
la luna prendida
y rayos penetrantes
en los agujeros
del tejado de la casa.
Interior del temascal
un ardor de fuego,
y rayos lunáticos
acechando a las señoras
que en fila van para un chapuzón.
Y un cortejo de grillos
saltantes en los hoyos de los adobes,
entonando un cantar bailable
para la luna llena
en un minúsculo instante.
La noche y la humedad del frío
convida al hombre
para una estancia en su cuarto,
tras un instante,
el sueño dulcifica al silencio
precario.
LA VIDA
No sé
que día empecé;
no sé
cuantos días existiré.
Solo sé
que la vida fluye
como el aire;
solo sé
que mi edad corre
como la nube.
No sé
que sucede después de la muerte;
no sé
que existirá atrás del futuro.
Solo sé
que tengo vida;
solo sé
que moriré.
ESTACIONES DEL AÑO
El invierno esparce
gotas tras gotas.
El verano recoge
gotas tras gotas.
El otoño corta
hojas tras hojas.
La primavera brota
hojas tras hojas.
LA CALLE
Nació para servir al hombre inteligente,
no sé cuándo dejará esta vocación digna,
pasean, corren y saltan sobre ella
sin importar los tamaños y sus cargas,
la escupen los vagabundos.
En invierno le hacen cosquillas
las gotas de lluvia y la bañan los ríos,
no duerme un instante ni tiene vacaciones.
Dicen que ella es protagonista de los
dramas
que discurren descaradamente en millones
de tiempo,
silenciosamente soporta el comentario
incierto,
sigue en pie con su rica misión
y su esperanza se
incrusta en el principio.
El universo
Noches declaran soledad
oscuridad lee descanso precario
noches se maquillan
con estrellas
sol y día conversan para la misión.
Zapatos y mochilas sin puño
hombres y mujeres sin razones
soborno declamando avaricias.
cuerpo quejándose de rabia.
Astros juegan
en el espacio
tierra bailando con órbitas
planetas sin costo
luna con crédito de luz.
Relámpagos sin audiencia
fenómenos disfrazados
pasado, presente y futuro
son amantes de la vida.
MUERTE
Flores sollozando
vida cambiando estilo
velas bailarinas
vacaciones sempiternas
lágrimas amargas.
Tumba sin frenos
caja sin dudarse
cuerpo sin quejas
ojos ciegos
cansancio sin ruegos.
Órganos sin funcionar
convivio sin amigo
soledad en los
recuerdos
silencio en las calles.
Juan Ramón Molina
Su voz vive en las letras
poesías
respiran con puño
es padre del verso
no es de Honduras
es pupila de los hondureños.
Poeta descansa en las caricias del silencio
tumba abrazando al delicado cuerpo.
Molina presente en el remolino
de los reportajes periodísticos.
Su sombra corteja a la cintura del saber
su sangre se vuelve letra en los libros
su boca aún baila en la escena de los poetas,
su nombre bosteza en el universo.
Acaricia tierra chapina para beber el saber
escribe “El águila y la calavera del loco”
en el hábitat de los quetzales.
Poetas brasileños no lo olvidan
por la salutación primaveral.
Aún pinta
huellas en España
por abrir ojos de “ABC” en Madrid.
Sonetos románticos entre cejas y pestañas.
Escritores bordean a Molina
con poesías,
sinfonías y artículos.
El Poeta Pablo traza culto
con el vestigio de su voz
y su palabra justa.