No
vine al mundo para extinguirme, sino vine para alzar mi vuelo.
Tengo
tres días especiales: el primero es el
día de mi nacimiento, el segundo es hoy
y el tercero es el día de mi muerte.
Escribe,
antes de que te vayas a la boca de la tumba.
El que
aprende a razonar, aprende a saber.
La
curiosidad del hombre es como el viento.
Los
secretos del hombre son dos: el nacimiento y la muerte.
La
maestra más sincera es la conciencia.
El
imperfecto aprende, mientras el perfecto vive en la rutina.
El
que investiga gana y el que no le atina, pierde.
El
hombre busca a la ciencia y la conciencia busca a la verdad.
El
tiempo es incontenible, mientras el
hombre llega a su anochecer.
El
docto no descansa, el indocto vive feliz en el conformismo.
Si
quieres ser primero, despiértate, de lo
contrario duérmete.
Si te
cansas de leer entonces descansa leyendo.
Cuando
nací se mojaban de alegría, cuando muera se bañarán de lágrimas.
El
hombre es prisionero cuando se baña en el odio.
No
digas difícil a lo fácil porque lo difícil lo piensas tú.
Si
quieres educar a otros, edúcate tú primero.
El
mejor maestro es quien corrige al estudiante con ética.
Es
maestro quien hace que los estudiantes sean curiosos.
Mientras
más años vives más sabio eres.
El
ayer no vino hoy, porque anda en el silencio.
No
dejes que la boca se prostituya por las mentiras.
La
cicatriz de los triunfos se dibuja en la verdad.
